Según la historia, en el año 527 d. C., un emperador llamado Wu Di invitó a un monje indio llamado Bodhidharma a viajar a China. El propósito del viaje era que Bodhidharma viniera y enseñara a sus compañeros monjes en ciertos ejercicios para ayudar a fortalecer sus cuerpos, pues en la provincia de Henan los monjes eran atacados con frecuencia por bandidos y no tenían entrenamiento ni conocimientos sobre cómo defenderse.
Después de llegar al Templo de Henan, Bodhidharma meditó durante nueve largos años. Al terminar la meditación, Bodhidharma escribió dos libros titulados, «Yi Jin Jing» y «Xi Sui Jing». El primero trataba sobre ejercicios para desarrollar fuerza externa, mientras que el segundo trataba sobre meditación y respiración. Después de terminar los dos libros, escribió un tercer libro titulado «Shi Bao Luo Han Shou» (Las dieciocho manos de Lohan), que trataba sobre sus experiencias como miembro de los Kshatriya (Guerreros y gobernantes indios).
El legado de los Satria sigue vivo
Principio Femenino
Principio Masculino
El «Shi Bao Luo Han Shou» incluye rutinas defensivas sincronizadas, considerando los historiadores este libro como el primer manual sobre movimientos de combate ofensivos y defensivos: así comenzaron las artes marciales en China.
Estos hechos explican la estrecha similitud de las posturas en las artes marciales chinas y el yoga. Ambas tradiciones se centraron en la región abdominal inferior como el centro de toda la energía humana (chi, pneuma, ki). Las artes marciales y el yoga se desarrollaron para promover un cuerpo sano, aumentar la esperanza de vida y alcanzar un estado de felicidad.
Según las creencias orientales, el misterioso poder del chi es responsable de la autocuración, la autorecuperación y la autorrealización; y que la vida en el cosmos está inspirada en el chi. Como la «fuerza vital» o energía vital que está presente en todos los seres vivos, también es la misma fuerza que controla el universo. Chi es la palabra china para la palabra vida … y se traduce como ‘pneuma’ en griego … y ‘ki’ en japonés.
Los estudios clínicos muestran que los artistas marciales usan varios aspectos de la condición física, como la fuerza muscular, la resistencia, el acondicionamiento aeróbico y anaeróbico. Su entrenamiento también implica flexibilidad, estructura corporal, habilidades motoras y coordinación. Estos modos de entrenamiento pueden brindar a los profesionales beneficios para la salud, como músculos más fuertes y una mejor resistencia. El entrenamiento en artes marciales también incluye meditación. Estos momentos de quietud pueden traer breves períodos de relajación. Algunas personas realmente ven las artes marciales como «meditación en movimiento». Las investigaciones también han demostrado que la práctica regular de las artes marciales ayuda a liberar el estrés y mejorar la autoestima.
Salud Sexual
Mucho menos conocido de la práctica de artes marciales es que también está asociada con la mejora de la libido y el rendimiento sexual en general. Esto es totalmente lógico, pues las personas que hacen ejercicio con frecuencia tienen más energía, menos ansiedad, mejor autoestima y mayores niveles de testosterona. La práctica de las artes marciales conlleva un esfuerzo físico riguroso, por eso las artes marciales no solo reafirman el cuerpo y mejoran su salud en general, también pueden mejorar la vida sexual.
Es importante tener en cuenta que Bodhidharma tuvo cuidado de enseñar a sus monjes estudiantes sobre la virtud de la moderación. Les enseñó que incluso en las artes marciales, se debe tener cuidado para evitar el entrenamiento excesivo. Algunos estudios muestran que demasiado entrenamiento físico intenso puede tener un efecto sobre la esterilidad. Una investigación realizada por expertos en salud reveló que hacer demasiado ejercicio causa fatiga, que luego reduce temporalmente el conteo y la calidad de los espermatozoides. Otras investigaciones señalan que aquellos que hicieron ejercicio hasta el agotamiento produjeron menos esperma durante la eyaculación. Los especialistas dicen que esto sucede porque el cuerpo literalmente «se mata» durante el entrenamiento. Para desarrollar músculos y mejorar el cuerpo, necesita recuperarse para alcanzar el desarrollo celular normal. Las actividades físicas intensas pueden reducir el nivel de hormonas en el torrente sanguíneo que afecta la producción de esperma. Los expertos médicos creen que los niveles de esperma vuelven a la normalidad después de unos tres días. Agregaron que beber café después de algunas horas de entrenamiento puede proteger la calidad del esperma debido a los antioxidantes que se encuentran en la cafeína.
De hecho, comprender los beneficios de las artes marciales y el ejercicio puede marcar la diferencia en la vida. Si se realiza correctamente, estas artes pueden promover la buena salud y una vida sexual aún mejor.
Algo más que Sexo
Las artes marciales son una vía de sabiduría y, como tal, incorporan las leyes más profundas y generles del Universo y la Naturaleza. El principio de género es una de ellas.
En el diagrama del Tao podemos obsevar al yin y al yang en unión íntima y completa: lo másculino y lo femenino como opuestos y al mismo tiempo complementarios deben unirse para logar la totalidad. Lamentablemente no es común ver esa unión en la práctica contemporánea de las artes marciales y lo frecuente es ver su práctica totalmente invadida por el principio masculino pero carente de cualquier vestigio del femenino. Estilos rebosantes de fuerza y explosividad, vaciós de sensibilidad y ductilidad.
No hay ningún ser estrictamente polar. Todos participamos de los dos «sexos» (principios) y para un aprendizaje marcial completo hay que sumergirse en los dos, masculino y femenino. Macho y hembra los hizo.
guillermo
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