Entrenamiento físico. Tener una buena postura es de extrema importancia para el hombr@, por muchas razones. Mantener una buena postura significa que disponemos de más energía al no tener que luchar contra la gravedad. Mantener una mala postura, por el contrario, nos hace entrar en un círculo vicioso de deterioro de la salud debido a que los órganos y articulaciones se sobrecargan con tensiones innecesarias.
Probablemente ya habrás considerado los beneficios para la salud que nos reporta el mantener una buena postura, pero no está de más pararse un momento a pensar sobre cómo nuestra postura afecta la percepción que tienen los demás de nosotros, y nuestra propia percepción de nosotros mismos. Un hombre que se desenvuelve con gracia y con soltura produce en los demás la impresión de que es una persona segura de sí misma, atractiva e inteligente.
Si este control de la postura es de gran importancia para la vida cotidiana, el control de una posición y movimiento correctos se tornan vitales para el entrenamiento seguro y el desarrollo físico equilibrado.
Principios para el movimiento del cuerpo durante el entrenamiento físico:
Una buena referencia para un entrenamiento seguro y saludable son los seis principios básicos sobre los que se asienta el método de gimnasia de Joseph Pilates, al que bautizó como «Contrología»:
– Control: Es muy importante que la mente controle completamente cualquier movimiento físico. En otras palabras, el movimiento y la actividad descontrolados producen un régimen de ejercicios fortuito y contraproducente, por eso se suelen producir lesiones.
– Centralización: El centro de fuerza llamado «centro de energía» es el caballo de carga del cuerpo y está formado por los músculos abdominales, las caderas, los músculos lumbares y los glúteos. Comienza en la base de la pelvis y continúa hacia arriba hasta la parte inferior del diafragma. El abdominal transverso (el músculo que nos tira en la barriga cuando tosemos) es el más profundo de los abdominales, y también el músculo principal de nuestro «centro de energía», puesto que lo rodea. Todo el movimiento en cada ejercicio se inicia y se conecta con el «centro de energía». Muchos monitores usan expresiones como «contraer el abdomen» o «meter el ombligo»
– Concentración: ¿Has visto en la bicicleta estática a alguien con un libro o una revista entre las manos? ¿Entrenas en una sala con la TV puesta o música que te distrae? ¿Entre ejercicio y ejercicio comentas la jugada con los amiguetes? Olvídate de todo esto si quieres entrenar con seguridad y eficacia, o puedes hacerlo, pero sabiendo que estás haciendo entrenamiento social y no entrenamiento físico.
Se debe prestar atención a los movimientos que se están haciendo. Pensar en cada paso que se da para empezar a darse cuenta de lo interrelacionados que están entre sí los movimientos del cuerpo. Es preciso lograr que la mente intervenga en cada movimiento. Visualizar el siguiente paso, ¡esto hará que el sistema nervioso elija la combinación de músculos correcta para hacer el ejercicio! El cuerpo y la mente deben funcionar como un equipo.
– Precisión: Deben ejecutarse los movimientos correctos, si se hacen mal, no servirán o no se conseguirá el efecto deseado. Hay que coordinar todos los movimientos y, en cuanto se conocen los pasos del ejercicio y uno se siente cómodo, tomar el control del cuerpo e intentar hacer los movimientos correctos.
– Fluidez: Aunque este principio cobra toda su fuerza en disciplinas como la danza, la gimnasia artística y la rítmica, también se puede tener en cuenta en otras disciplinas. Movimiento fluido: “El movimiento debe ser fluido, desde un centro fuerte hacia el exterior”. El ejercicio hace que se realicen una gran cantidad de gestos, que es preciso ejecutar de una manera fluida y controlada. No hay que apresurarse, hay que buscar el movimiento uniforme con transiciones suaves, pues el rápido y descontrolado puede causar lesiones, evitando siempre rigideces o gestos espasmódicos.
– Respiración: Es de gran importancia la pureza del flujo sanguíneo. Esta pureza se mantiene respirando correctamente mientras se hacen los ejercicios, al oxigenarse la sangre y eliminarse los gases nocivos. Una buena técnica respiratoria para expulsar lo malo y absorber lo bueno es una exhalación plena forzada seguida de un hinchado completo de los pulmones mediante una inhalación profunda. Con el tiempo se coordina la respiración con los movimientos de cada ejercicio. Por regla general, se inhalará para prepararse para un movimiento y se exhalará mientras se ejecuta.
Concentrarse para integrar los movimientos desde el centro de energía; realizarlos con control y precisión, manteniendo una correcta respiración, y realizar los ejercicios y las transiciones entre ellos con fluidez.
«Entrenamiento físico de calidad para un desarrollo seguro y equilibrado»
guillermo
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