«Guerrero, Garante de Paz», es una serie de vídeos basada en el fascículo «Aikidoka, Aprendiz de Paz», de santos nalda sensei.
¿Qué es la PAZ?
“Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz”
Confucio
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”
Iosúa Ben Iosef de Nazareth
“La paz no es simplemente la ausencia de conflicto; la paz es la creación de un entorno en el que todos podemos prosperar”
Nelson Mandela
“No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla”
Eleonor Roosevelt
“Practica el Arte de la Paz con sinceridad, y los malos pensamientos y malas acciones desaparecerán naturalmente”.
Morihei Ueshiba
Qué es la paz interior del ser humano
Se tiene paz interior cuando se experimenta una sensación de calma, tranquilidad y armonía.
No depende tanto de las circunstancias externas, como de la manera de considerarlas.
Siddhartha Gautama decía: “La paz viene de dentro, no la busques fuera”.
Comienza tomando consciencia de que eres responsable de encontrarla, a pesar de las dificultades de la vida.
Descubriendo que puedes tenerla en cualquier momento, incluso en la adversidad.
La paz personal, sobre todo en tiempos difíciles, no cae del cielo. Es un estado que necesita ser construido y conservado día a día.
Tratar de entender al otro, al que piensa diferente, acerca la paz.
Y sobre todo, no alimentes miedo, rabia, odio, venganza o frustración.
Qué es el conflicto y cómo gestionarlo
Cada Hombre es un mundo particular de emociones, deseos, expectativas y necesidades.
El simple hecho de ser diferentes, ha constituido, a lo largo de la historia, la principal causa de problemas, con causas reales, irreales o inventadas.
Situaciones en las que chocan intereses, y se emprenden acciones unilaterales con el fin de dañar o eliminar a la parte rival para conseguir el objetivo perseguido.
La mayoría muestra miedo al conflicto, pero, cuando se sabe gestionar, nos ayuda a conocer mejor al otro e incluso mejorar la relación:
reconociendo el problema, comunicando con respeto y asertividad lo que nos perjudica, o reconociendo el error que hemos cometido.
Qué es la Violencia, Concepto Breve y Conciso en Español
La violencia es el comportamiento de una persona, o un grupo, cuya intención es causar daño o sufrimiento, a otra u otras personas, animales o bienes.
Ejercemos violencia psicológica cuando: criticamos, rebajamos, acusamos, aislamos, insultamos, calumniamos, manipulamos, condicionamos, nos burlamos, despreciamos, intimidamos, engañamos…
Hay violencia física cuando se busca dañar la integridad corporal, causando heridas que ocasionan sufrimiento físico y moral.
La violencia verbal se sirve del lenguaje para insultar, provocar, ofender, despreciar, humillar, discriminar, calumniar…
Qué es la Hostilidad, Definición de Hostilidad en Español
“Los hostiles, groseros, odiosos y mucho peores, están por todas partes. No puedes luchar contra todos. Céntrate en no perder la dulzura y seguir siendo tú mismo”
El Guerrero Místico
La hostilidad es sentimiento y actitud, mantenida en el tiempo, de indignación, resentimiento y desprecio hacia el otro, que predispone a conductas agresivas en forma de violencia verbal, física, o psicológica, contra los que consideramos culpables de habernos causado algún daño.
No saludar al llegar al puesto de trabajo, no contestar al saludo de los otros, no escuchar al que nos habla, o criticar sin motivo, son señales claras de hostilidad.
Qué es la Enemistad y Cómo Gestionarla. Definición Bíblica
La enemistad es una mezcla de sentimientos de rivalidad, competencia, odio y desprecio hacia otra persona con la que se ha mantenido algún tipo de relación que se ha roto por causa de una traición, un abuso, o un malentendido.
“La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego»
(Proverbios 15: 1)
“El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto»
(Proverbios 12:16)
La biblia nos enseña que en lugar de tomar los insultos como un ataque personal, tenemos la libertad de aprender a ignorarlos.
¿Quién Es Mi Enemigo?
Cuidado con la hoguera que enciendes contra tu enemigo; no sea que te chamusques a ti mismo”
William Shakespeare
Mi enemigo externo es el que trata de perjudicarme siempre que puede, sin que yo le haya dado motivos para ello.
Mi enemigo interno, el más peligroso y desconocido, es el que vive dentro de mí como pensamientos y emociones negativos.
Su capacidad de perjudicarme es tan grande que se dice que “Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos…»
Un enemigo externo genera rabia y deseos viscerales, sin darnos cuenta de que ya estamos en desventaja cuando activa lo peor en nosotros. Entonces enfrentamos dos, el externo y el interno.
¿Cómo Vencer al Enemigo?
Si no controlas emociones, palabras y actos cargados de rabia, miedo y odio, el encuentro con el enemigo será traumático. Es el “ojo por ojo y diente por diente”. Si te quita la paz con una mirada, estás bajo su dominio.
Sólo tendrá poder sobre ti si reaccionas impulsivamente a sus provocaciones, porque tú creas tus emociones y condicionas el comportamiento en un sentido u otro.
Si reaccionas en la misma longitud de onda, sólo consigues alimentar el fuego, y el enemigo seguirá siendo enemigo.
Frente a una persona que te agrede procura que no sean las emociones las que toman el control,
devolviendo una reacción en lugar de una respuesta inteligente.
¿Cómo Vencer al Enemigo Sin Luchar?
«La idea de considerar a los demás como enemigos no puede ser más que una locura y causa de regresión”
Jigoro Kano
“¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
(Lucas 6, 41-42)
Generalmente la percepción del enemigo como tal, está conformada por estos dos factores:
- Los prejuicios, que son los juicios que hacemos antes de conocer algo o alguien.
- Los estereotipos o imágenes mentales simplificadas respecto de algo o de alguien basadas en generalizaciones que alteran la realidad.
Desde la más tierna infancia deberíamos aprender que nadie puede hacernos sentir mal con sus ofensas o provocaciones, si no las aceptamos.
Este aprendizaje requiere conservar la calma frente al peligro, poseer la habilidad de elegir la respuesta más conveniente, y al mismo tiempo no conceder al agresor el poder de alterarte.
Ten siempre en cuenta que tu adversario, tu rival, tu enemigo, también tiene un trabajo, una familia, amigos, aficiones, problemas, emociones, sentimientos, preferencias, debilidades, prejuicios, pero también cualidades, exactamente igual que tú.
Una forma de aproximarse a este enfoque es ver a tu enemigo fuera de la situación de conflicto y visualizarlo cuando se encuentra en escenarios de amor con los suyos, de trabajo, de amistad, de ocio, o en aquellos momentos en que también desea o busca la felicidad de los otros.
Además de eso trata de conocer y entender mejor sus esperanzas, temores, preocupaciones, aspiraciones, manías…
El Camino del Guerrero nos invita a verlo como una persona que está presa de un error que le lleva a la hostilidad, para tratarlo sin odio ni deseo de daño, en lugar de considerarlo como alguien al que temes, desprecias y deseas anular.
También puedes percibirlo como alguien que te quiere mostrar algo de ti. que no le gusta.
En una situación de conflicto o agresión pregúntate: ¿qué sentiría yo en su lugar teniendo en cuenta sus miedos y experiencias pasadas?
Cómo debo tratar a mi enemigo
¿Cómo relacionarme con aquella persona que se declara y se comporta como mi enemigo e intenta hacerme daño?
¿Trato de eliminarle, excluirle, discriminarle, prejuzgarle…?
Hace más de 2000 años, EL Maestro de Nazareth, buen conocedor de la naturaleza y del comportamiento humano, sabía que la venganza, aunque sea proporcionada al daño recibido, engendra siempre más venganza
“Habéis oído que se dijo ojo por ojo y diente por diente, pero yo os digo que no devolváis mal por mal, sino bien por mal…
Mateo 5, 38-41
“Amad a vuestros enemigos, orad por los que os persiguen”
Mateo 5-44
«Bienaventurados los pacificadores porque ellos se llamarán hijos de Dios»
Mateo 5,9
«A quien te abofetee la mejilla derecha, ofrécele también la otra»
Mt 5, 39
¿Es fácil cumplir esa propuesta?
¿Es inteligente?
¿Es la mejor solución posible para disipar el conflicto?
¿Cómo puedo sentir aprecio o simpatía por mi enemigo, como puedo amar a quién me ha hecho daño, cómo puedo ser benevolente con el que quiere arruinar mi vida?
¿Por qué devolver bien por mal?
¿Qué significa, realmente, ofrecer la otra mejilla ante un conflicto o agresión?
¿Se debe interpretar como una invitación a sufrir una injuria, una ofensa o un golpe sumisamente, sin responder y aguantarse sin hacer nada?
La Mishná, que es el primer texto escrito de las tradiciones orales judías conocida como la Torá., señala las indemnizaciones que ha de abonar el causante de un daño o una agresión, tanto accidental como intencionadamente. por el daño, por el dolor, por la curación, por la pérdida de tiempo, y por la injuria o menoscabo del honor.
En aquella sociedad el honor ocupaba un lugar preponderante en su sistema de valores sociales. En este código dar una bofetada se castigaba con una multa equivalente al salario de un año de trabajo, por la injuria, el menoscabo del honor, y la humillación que conlleva el gesto hacia el ofendido.
La bofetada entre personas del mismo rango o estatus social, era algo grave que no se debía tolerar, pero la humillación era todavía mayor si se daba con el revés de la mano. Suponía más un insulto que una agresión.
El antropólogo John Peristiany ha definido el honor como “el valor que una persona tiene ante sí misma, pero también ante la sociedad a la que pertenece. Es la estimación de su propia valía, aquello de lo que cree poder enorgullecerse”.
Cuando alguien de una posición social superior, quería humillar a un campesino, un esclavo, una mujer, o alguien de inferior estatus, le deba una bofetada en público, con el dorso de la mano sobre su mejilla derecha, señalando así quien tenía mayor honor, y quien debía someterse a su voluntad.
Ante semejante circunstancia Jesús propone “ofrecer la otra mejilla”.
¿Con qué fin? ¿Significa esto dejarse abofetear sin límite?
En lugar de una reacción, dominada por las emociones y sin control. Iosúa mantiene la calma y encuentra la respuesta inteligente, no violenta y con la que vence al enemigo sin luchar.
Al ofrecer la otra mejilla se recibirá otro golpe, sí, pero sobre la mejilla izquierda y con la palma de la mano en lugar del dorso. Aunque se reciba un nuevo daño físico, simbólicamente supone la aceptación por el agresor de la igualdad en el estatus del abofeteado.
¿Crees que hubieras podido llegar a esta solución ofuscado y cegado por la rabia?
No, sólo alcancarías a aumentar el círculo de violencia.
El apóstol Pablo en su carta a los romanos aconseja:
“Pero si tu enemigo tiene hambre dale de comer, y si tiene sed dale de beber, porque así amontonaras brasas de fuego sobre su cabeza”
Romanos 12-20
Para los griegos del primer siglo, amontonar brasas de fuego sobre su cabeza, significaba mantener vivo el recuerdo del error, o del mal que esa persona causó a otra, de modo que tal sensación le indujese al arrepentimiento.
En el cristianismo significaba avergonzar al culpable, devolviéndole bien por mal, no para humillarlo en forma de venganza, sino para darle la oportunidad de tomar consciencia de su acción y ayudarle a rectificar, aflorando los buenos sentimientos que toda persona posee.
Ser respetuoso y amable con el enemigo, es un medio inteligente para hacerle reflexionar, porque cada buena acción como respuesta a su hostilidad, son ascuas de fuego, que más pronto o mas tarde le harán sentir vergüenza de su comportamiento.
Los cristianos deben intentar devolver bien por mal, sin preocuparse si tal conducta dará o no buen resultado, alimentando la voluntad de hacer siempre el bien, sin esperar nada a cambio. Ser el blanco de una ofensa o de un ataque, no nos obliga per se, ni a sentirnos ofendidos, ni a cambiar nuestras creencias y comportamiento, aunque no haya reciprocidad por parte del otro.
No obstante, Iosúa también nos enseñó a «ser mansos como corderos y astutos como serpientes».
Mantengamos la calma para poder y saber encontrar la respuesta inteligente. Aprendamos a poner la otra mejilla.
El perdón según las neurociencias
“Perdonar es liberar a un prisionero y descubrir que el prisionero eras tú”
Lewis B. Smedes
El acto de perdonar tiene tal repercusión en el ser humano, que ha despertado el interés de las neurociencias y la psicología social.
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“Per” significa, pasar, cruzar o saltar adelante, mientras que “donar” equivale a obsequiar, dar, regalar.
La palabra “perdón” tiene su origen en el vocablo griego “afiemi” que significa “dejar ir”, “soltar”, en el sentido de suspender el castigo y el rencor a la ofensa recibida.
Podemos definir el perdón como un acto voluntario, a partir del cual se abandonan los sentimientos, pensamientos y comportamientos negativos hacia quien ha causado el daño. El proceso no es fácil y requiere un tiempo.
En 1999, la Fundación estadounidense, John Templeton inició una Campaña de Investigación, sobre los efectos individuales en el cuerpo y en la mente, del acto de perdonar
Los estudios llevados a cabo por ésta y otras organizaciones, revelan que existe una relación directa entre el perdón, y el estado de salud física, mental y espiritual.
Alimentar hostilidad, rencor y deseo de venganza libera inevitablemente los neurotransmisores del estrés, el miedo y la ansiedad (adrenalina, cortisol, norepinefrina, etc.) con aumento de la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la tensión muscular, la sudoración, etc. que afecta al estado de ánimo, y al comportamiento.
En la cara opuesta, el perdón genera serenidad, y paz interior con sus correspondientes efectos beneficiosos sobre el sistema simpático, el endocrino y el inmunológico.
Ha una creencia bastante extendida, desde la que se entiende el acto de perdonar como una señal de cobardía, debilidad, sumisión, o como una hazaña propia de héroes y santos, por lo que a muchas personas les resulta más fácil mantener la distancia, la desconfianza y una cierta animadversión hacia el que ha causado el daño.
«El débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes y valientes»
Mahatma Gandhi
Perdonar y Olvidar Para Ser Feliz
“No puedo olvidar, pero si perdonar”
Nelson Mandela
El cerebro humano guarda en la memoria del subconsciente todas las vivencias traumáticas que ha tenido la persona desde los primeros años de vida, y toda agresión u ofensa (mentira, traición, calumnia…) deja una huella psicológica muy difícil de olvidar.
Por esta razón biológica uno no olvida porque no quiera olvidar, sino porque ese ataque ha quedado grabado en la memoria de supervivencia.
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Por otra parte, perdonar de verdad no conlleva la obligación ni la finalidad de olvidar lo ocurrido, y no es incompatible con guardar la memoria del perjuicio recibido, pero ese recuerdo ya no duele, ni despierta ningún deseo de revancha.
El perdón produce un cambio en el estado mental y anímico. Conceder el perdón al que nos ha causado un perjuicio no significa exculpar su acto, ni minimizar lo que hizo, ni tampoco obliga a buscar la reconciliación con él, si no ha dado ninguna muestra de arrepentimiento, o acercamiento, pero hay que estar abierto a la posibilidad de normalizar la relación.
Que la persona lastimada perdone al culpable, no exime de ejercer el derecho a la justicia, y reclamar lo que es justo.
¿Cuándo fue la última vez que alguien te pidió perdón cuando te hizo daño?
¿Cuándo fue la última vez que pediste perdón?
¿Cuándo fue la última vez que perdonaste?
¿Debemos perdonar al que no nos pide perdón, ni reconoce la ofensa sabiendo que si no perdono quedaré prisionero de ella?
Dínoslo en los comentario. Estaremos encantados de recibirlos y atenderlos.
Enzo Bianchi, prior de la comunidad ecuménica de Bose, en Italia, dice:
“Dios perdona olvidando, para que el hombre perdone conservado la memoria”.
Dos antiguos soldados, supervivientes de la segunda guerra mundial, acudieron al monumento dedicado a los caídos en la contienda, para celebrar un acto de homenaje en su honor.
Terminada la ceremonia uno le pregunta al otro:
– ¿Has perdonado a los que te tuvieron prisionero durante dos años?
- No, ni nunca los perdonaré…
Respondíó el primero:
- Entonces sigues siendo su prisionero.
Si no perdonas, te conviertes en prisionero de quien te hizo daño.
Los que nos empujan a la guerra, no van a morir en ella #PAZ.
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¿Qué es la paz?
“La paz no es simplemente la ausencia de conflicto; la paz es la creación de un entorno en el que todos podemos prosperar”.
Nelson Mandela.
¿Qué es la paz interior del ser humano?
Se tiene paz interior cuando se experimenta una sensación de calma, tranquilidad y armonía. No depende tanto de las circunstancias externas, como de la manera de considerarlas
¿Qué es el conflicto y cómo gestionarlo?
Cada Hombre es un mundo particular de emociones, deseos, expectativas y necesidades. El simple hecho de ser diferentes, ha constituido, a lo largo de la historia, la principal causa de problemas, con causas reales, irreales o inventadas.
¿Qué es la violencia?
La violencia es el comportamiento de una persona, o un grupo, cuya intención es causar daño o sufrimiento, a otra u otras personas, animales o bienes.
¿Qué es la hostilidad?
La hostilidad es sentimiento y actitud, mantenida en el tiempo, de indignación, resentimiento y desprecio hacia el otro, que predispone a conductas agresivas en forma de violencia verbal, física, o psicológica, contra los que consideramos culpables de habernos causado algún daño.
¿Qué es la enemistad?
La enemistad es una mezcla de sentimientos de rivalidad, competencia, odio y desprecio hacia otra persona con la que se ha mantenido algún tipo de relación que se ha roto por causa de una traición, un abuso, o un malentendido.
¿Cómo gestionar la enemistad?
La biblia nos enseña que en lugar de tomar los insultos como un ataque personal, tenemos la libertad de aprender a ignorarlos.
¿Quién es mi enemigo?
Mi enemigo externo es el que trata de perjudicarme siempre que puede, sin que yo le haya dado motivos para ello. Mi enemigo interno, el más peligroso y desconocido, es el que vive dentro de mí como pensamientos y emociones negativos.
¿Cómo Vencer al Enemigo?
Sólo tendrá poder sobre ti si reaccionas impulsivamente a sus provocaciones, porque tú creas tus emociones y condicionas el comportamiento en un sentido u otro. Si reaccionas en la misma longitud de onda, sólo consigues alimentar el fuego, y el enemigo seguirá siendo enemigo.
¿Cómo Vencer al Enemigo Sin Luchar?
Desde la más tierna infancia deberíamos aprender que nadie puede hacernos sentir mal con sus ofensas o provocaciones, si no las aceptamos. Este aprendizaje requiere conservar la calma frente al peligro, poseer la habilidad de elegir la respuesta más conveniente, y al mismo tiempo no conceder al agresor el poder de alterarte.
¿Qué quiere decir realmente poner la otra mejilla?
Al ofrecer la otra mejilla se recibirá otro golpe, sí, pero sobre la mejilla izquierda y con la palma de la mano en lugar del dorso. Aunque se reciba un nuevo daño físico, simbólicamente supone la aceptación por el agresor de la igualdad en el estatus del abofeteado.
guillermo
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