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Guerrero, Garante de #PAZ – Parte 2

Cómo Amar Al Enemigo

«Guerrero, Garante de Paz«, es una serie de vídeos basada en el fascículo «Aikidoka, Aprendiz de Paz», de santos nalda sensei.

«Guerrero, Garante de Paz». Basado en «Aikidoka, aprendiz de paz», de santos nalda sensei.

Para los que prefiera el formato vídeo:

Cómo Amar Al Enemigo

En la vida cotidiana no es infrecuente la relación con personas que en un momento dado nos pueden maltratar, criticar, insultar, calumniar, robar, agredir, etc. y es precisamente a éstos, a los que el Maestro nos pide tratarles desde la consideración, el respeto, la paciencia, la compasión y la benevolencia, que merecen como seres humanos al margen de sus actos.

La psicología nos enseña que la mala conducta de otras personas no debería ser la que condicione la nuestra, porque, en definitiva, todo lo que hacemos a los demás de algún modo también nos lo hacemos a nosotros mismos.

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En el mismo sermón de la montaña, Jesús dijo:

“Habéis oído que se dijo amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo, amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen…”

Mateo 5-43

Amar al enemigo y devolver bien por mal significa:

No vengarse, no guardar rencor, perdonar o pedir perdón, no desearle mal, estar dispuesto a ayudar a la persona que nos hizo daño si alguna vez necesita ayuda o nos la pide, y tratarle como quisiéramos que nos tratase a nosotros.

Este consejo no obliga a tolerar y sufrir las injusticias sin hacer nada por evitarlas, se trata de combatir el mal sin buscar la destrucción de la persona que lo hace. Tampoco prohíbe defender la vida, los derechos, los bienes, la familia, el honor de cada uno. Amar al enemigo no significa soportar sumisamente en silencio, todo abuso sin reaccionar.

El teólogo José Antonio Pagola lo expresa de esta manera:

“Amar al enemigo es, ante todo, pensar en su bien, ‘hacer’ lo que es bueno para él”.

“Jesús propone una práctica de resistencia no violenta a la injusticia, pero no alienta a la pasividad, ni a la indiferencia, ni a la rendición cobarde ante la injusticia… invita más bien a ser dueños de la situación, tomando la iniciativa y realizando un gesto positivo de amistad y de gracia, que puede desconcertar al adversario…”

“Jesús anima a reaccionar con dignidad, creando una situación nueva que haga más patente la injusticia y obligue al violento a reflexionar y, tal vez, a deponer su actitud”.

“Pero no se trata solo de no hacerle mal. Podemos dar más pasos hasta estar incluso dispuestos a hacerle el bien si lo encontramos necesitado. No hemos de olvidar que somos más humanos cuando perdonamos que cuando nos vengamos alegrándonos de su desgracia”.

¿Es posible amar al enemigo? ¿Sirve para algo…?

No hemos de extrañarnos si no sentimos amor alguno hacia él. Es natural que ante una “faena” nos sintamos heridos o humillados y enfadados con esa persona, porque el enemigo sigue siendo alguien del que podemos esperar daño, y difícilmente pueden cambiar los sentimientos de nuestro corazón.

La verdadera victoria no consiste en vencer o aniquilar al enemigo, sino en ofrecerle empatía, respeto, benevolencia y afecto, con el objetivo y la esperanza de cambiar su corazón, su mente y su comportamiento.

Jesús fue un magnífico educador del amor (ágape) auténtico, desinteresado, incondicional y benevolente, que no discrimina a nadie y nos recuerda y nos invita a parecernos a Dios, que “hace salir el sol sobre buenos y malos, manda la lluvia a justos e injustos».

La palabra “ágape” viene del griego, y en el ámbito cristiano se refiere al tipo de amor más elevado que existe, se ama voluntariamente con todas las consecuencias, sin que requiera ningún mérito, ni recompensa de parte del que lo recibe, porque solo se busca el bien de la persona amada.

Actualmente, también se entiende por “ágape” el banquete o comida que se organiza para celebrar un acontecimiento particular o social, a fin de estrechar los lazos de familia o amistad.

Devolver bien por mal supone que la persona agredida es capaz de comportarse con el causante del daño, con una actitud conciliadora y un comportamiento respetuoso y amable, aunque no exista reciprocidad.

ANÉCDOTA. —

En plena guerra de Secesión (1861-1865), el presidente Abraham Lincoln se refirió, durante un discurso, a la gente de los estados del sur como «seres humanos que están equivocados».

Al acabar el discurso, una anciana se le acercó muy enfadada y le preguntó cómo era posible que les llamara de esta manera, si ellos estaban disparando contra los soldados de la unión.

-Debería verlos como enemigos irreconciliables a los que hay que destruir, concluyó la anciana

– Señora, – contestó Lincoln – ¿acaso no destruyo a mis enemigos cuando los convierto en amigos?

Francisco Javier (1506-1552, misionero jesuita) tenía plena libertad para predicar el Evangelio en Japón, acompañado de un nativo para traducir sus enseñanzas.

Un día, mientras instruía a sus oyentes, un provocador conflictivo se le acercó, y le escupió en la cara.

Francisco se limpió el escupitajo con su pañuelo, y continuo con su discurso.

Un samurái que se encontraba un poco apartado de los presentes, vio lo que había pasado, y al terminar la predicación, cuando todos se marchaban, se acercó al misionero y le dijo:

– Dime como pudiste mantener la calma ante la afrenta de ese provocador, porque se necesita mucho valor y autocontrol para hacerlo, y los samuráis admiramos al hombre que posee esta cualidad.

Francisco sacó de su bolsillo un crucifijo y se lo mostró al samurái, diciéndole:

– Este es el que me ha enseñado, y dado valor para no devolver mal por mal, Él pasó por la vida haciendo el bien a todos.

El samurái junto con toda su familia se convirtió y fueron los primeros cristianos de Japón.

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Los que nos empujan a la guerra, no van a morir en ella #PAZ

Cómo Amar Al Enemigo

Cómo Amar Al Enemigo

Amar al enemigo es un concepto que se refiere a la práctica de mostrar amor y compasión a aquellas personas con las que tenemos conflictos o desacuerdos. Esto puede ser difícil de hacer, ya que cuando tenemos problemas con alguien, es natural sentir ira o rencor hacia ellos. Sin embargo, amar al enemigo es una práctica importante en muchas tradiciones religiosas y filosóficas, ya que se considera una forma de cultivar la compasión y la empatía hacia los demás.
Una manera de amar al enemigo es tratar a esa persona con respeto y comprensión, incluso si no estamos de acuerdo con ellos. Esto puede incluir tratar de entender sus puntos de vista y tratar de llegar a un acuerdo pacífico. También puede ser útil tratar de ver la situación desde el punto de vista del otro y tratar de ponerse en su lugar.
Otra forma de amar al enemigo es perdonar a esa persona por cualquier daño que haya causado. Esto no significa necesariamente que debamos olvidar lo que han hecho, sino más bien que debemos dejar de lado nuestro rencor y tratar de encontrar formas de avanzar y solucionar el conflicto de manera amistosa.
En resumen, amar al enemigo es una práctica que requiere mucha compasión y empatía. Aunque puede ser difícil, es una forma importante de cultivar relaciones más saludables y armoniosas con aquellas personas con las que tenemos problemas.

¿Es posible amar al enemigo?

Sí, es posible amar al enemigo. El amor no es una emoción exclusiva para las personas que consideramos amigos o seres queridos. El amor es una emoción compleja y poderosa que puede surgir en diferentes relaciones y circunstancias. Algunas personas pueden llegar a amar a su enemigo debido a la compasión o el perdón, o porque han encontrado una forma de superar sus diferencias y han aprendido a valorar a la otra persona de manera diferente. Sin embargo, es valioso tener en cuenta que amar a alguien no significa necesariamente que debamos tener una relación cercana o estar de acuerdo con todas sus acciones o creencias. También es relevante tener en cuenta que el amor no es una solución mágica para todos los problemas y conflictos, y que a veces es necesario tomar medidas más prácticas para resolver los conflictos de manera justa y equitativa.

¿Sirve para algo amar al enemigo?

Amar al enemigo puede tener algunos beneficios importantes. En primer lugar, el amor puede ayudar a disminuir la tensión y la hostilidad en una relación. Si alguien es capaz de amar a su enemigo, es posible que se sienta más dispuesto a perdonar y a dejar de lado el rencor y el odio. Esto puede ayudar a crear un ambiente más positivo y a mejorar la comunicación entre las dos personas.
Además, el amor también puede ser una forma de mostrar compasión y empatía por el otro individuo. Puede ayudar a entender mejor sus perspectivas y a ver las cosas desde su punto de vista, lo que puede conducir a una mayor comprensión y a una solución más equitativa de los conflictos.
Finalmente, amar al enemigo también puede ser un acto de autocontrol y una forma de ejercitar la virtud del perdón. Puede ser difícil amar a alguien a quien consideramos nuestro enemigo, pero hacerlo puede ser una forma de crecer personalmente y de desarrollar una perspectiva más amplia y compasiva del mundo.
Es importante tener en cuenta que amar al enemigo no significa necesariamente que debamos tener una relación cercana o estar de acuerdo con todas sus acciones o creencias. También es crucial tener en cuenta que el amor no es una solución mágica para todos los problemas y conflictos, y que a veces es necesario tomar medidas más prácticas para resolver los conflictos de manera justa y equitativa.

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